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El NUEVO BIG BROTHER

  • Joaquim Fort
  • 17 abr 2024
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 26 abr 2024



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Romina Iglesia

19 de abril de 2020



INTRODUCCIÓN

Por medio de algoritmos, se analizan millones de datos en tiempo real. Los algoritmos nos rodean, no podemos escaparnos de ellos, están por todos lados. El big data ofrece la posibilidad de analizar grandes cantidades de información. Los algoritmos permiten cruzar datos georreferenciados, perfilar. Pero: ¿Podría un algoritmo equivocarse; y qué pasaría si se equivoca; y si a raíz de ese error sufro una discriminación?.


En la actual situación de emergencia sanitaria, los países están utilizando esta tecnología con la finalidad de analizar el efecto de las medidas de distanciamiento físico o social sobre la movilidad de la población, identificar si aumentan o disminuyen los desplazamientos entre territorios o si hay zonas en las que hay una mayor concentración de población en relación a su capacidad sanitaria, con el objeto de tomar decisiones más eficientes y eficaces en la gestión de la pandemia.


El primero ha sido China que estableció un código QR como indicador del estado de salud, sin el cual, en muchas ciudades chinas es imposible salir del hogar. Según fuentes periodísticas, para obtener un código de salud, los ciudadanos deben completar su información personal, incluido su nombre, número de identidad nacional o número de pasaporte y número de teléfono, en una página de registro. Asimismo, se les solicita informar su historial de viaje, sus contactos con pacientes confirmados o sospechosos de Covid-19 en los últimos 14 días. Por otra parte, deben marcar las casillas con posibles síntomas como fiebre, fatiga, tos seca, congestión nasal, dolor de garganta o diarrea. Después de que las autoridades verifican la información, a cada usuario se le asignará un código QR en rojo, ámbar o verde. Los colores se asignan de acuerdo con la base de datos provincial de control de epidemias: las personas que han sido diagnosticadas como casos confirmados, sospechosos o asintomáticos, o las personas con fiebre recibirán el código de color rojo; sus contactos cercanos recibirán el código amarillo; y las personas sin ningún registro en la base de datos obtendrán el código verde. Los usuarios también deben registrarse con reconocimiento facial para obtener su código de color. En suma, en función de los colores se determina la libertad de movimiento de las personas.

Una vez que se diagnostica un caso confirmado, las autoridades pueden retroceder rápidamente donde ha estado el paciente e identificar a las personas que han estado en contacto con ella.


Por su parte, Singapur lanzó una app para los móviles basada en el contact tracing, como es el caso de la mayoría de los países asiáticos.


China, Corea del Sur, Singapur, Taiwán las autoridades accedieron a datos personales y de movilidad de los ciudadanos a través del GPS de sus teléfonos para determinar cuáles fueron sus movimientos. Es particular que, en el caso de los países asiáticos, la centralización política coincide con la centralización de datos.


Por su parte, Moscú instaló un sistema de código QR, bajo la forma de un salvoconducto digital, e intensificó asimismo el uso de las cámaras de videovigilancia, cámaras con un moderno sistema de reconocimiento facial desarrollado por Ntechlab, que permite reconocer en tiempo real a las personas incluso si llevan una mascarilla. También, puede identificar un rango de edad y detectar a los mayores de 65 años que deberían permanecer en casa.


Dentro de la Unión Europea (UE), España lanzó la aplicación DataCOVID que, junto con las operadoras de teléfonos móviles, rastrea a 40 millones de celulares en ese país, y la cual de forma anónima por triangulación permite saber la localización y elaborar un mapa de zonas calientes dónde más personas se concentran. Por su parte, Italia lanzó “immuni” aplicación para los teléfonos móviles, que sólo se baja en forma voluntaria bajo la tecnología bluetooth.


En otro orden geográfico, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó la aplicación DAVID 19. David-19, una aplicación basada en la tecnología de Blockchain permitirá a los ciudadanos de Latinoamérica compartir datos sobre el coronavirus bajo un registro común descentralizado sobre el estado de salud de cada usuario, o sea, si está en fase de cuarentena o desconfinamiento, permitiendo generar mapas de situación de riesgos, sentando las bases tecnológicas para el desarrollo de un pasaporte sanitario digital. Pero, asimismo registrará la aparición de síntomas o el padecimiento de la enfermedad. Según la Agence France-Presse (AFP), David-19 tomará datos de los casos asintomáticos.


En Chile, se ha lanzado recientemente la aplicación llamada “CoronApp”, una plataforma disponible para sistemas operativos iOS de Apple y Android, que acceder a información oficial sobre el virus, monitorear la cuarentena del paciente quien podrá incluso auto evaluar sus síntomas. Según el diario local La Tercera, el sistema emplea la clave única o la creación de un perfil utilizando el número del documento del carnet de identidad que solicita nuestros datos personales y un correo de referencia. Posteriormente, pide una primera evaluación sobre la temperatura corporal como si tenemos tos, problemas respiratorios, cansancio o fatiga, flema, si hemos estado con algún contagiado o si visitamos algún país de riesgo, además de consultar enfermedades o condiciones preexistentes. Asimismo, es posible consultar sobre el estado y síntomas de otras personas que no sepan utilizar este tipo de aplicaciones. Finalmente, también es posible recibir notificación de aglomeraciones, incumplimientos de la cuarentena o filas para servicios a través de un mapa.

Una vez ingresado en cuarentena por la enfermedad, se debe ingresar la dirección particular, y alerterá en caso de violación de la misma antes de los 14 días.


Por otro lado, Google y Apple están trabajando para a partir de mayo, lanzar las API que permitirán la interoperabilidad entre los dispositivos Android e iOS al utilizar las mismas aplicaciones de las autoridades de salud pública para ambos sistemas operativos. Las aplicaciones estarán disponibles en las tiendas de aplicaciones de ambas compañías, Google Play Store y App Store. En una segunda fase, Apple y Google trabajarán para habilitar una plataforma de rastreo de contactos más amplia basada en Bluetooth.


¿CUÁLES SON LOS RIEGOS DEL USO DE ESTA TECNOLOGÍA?

Por ejemplo, en Hangzhou, en relación a los códigos de salud de Alipay, algunos residentes se han quejado de que se les asignó el código rojo por la razón incorrecta, como marcar “nariz tapada” o “fatiga” en la página de registro, a pesar de ser síntomas de una gripe.

Este es un ejemplo, también lo es el uso de datos biométricos al reconocer por videovigilancia los rastros faciales; el uso de tecnologías invasivas o doblemente invasivas como el Blockchain, o los errores de las señales de GPS, la geolocalización utilizada por las aplicaciones.

Seguramente en el futuro, toda esa información podrá dar origen a que nos discriminen por ser o no portadores del nuevo virus para seguros de salud, futuros trabajos, etc. La discriminación es un riesgo y precisamente no existe el riesgo cero. 


¿CÓMO EQUILIBRAR ENTONCES?.

El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) establece una serie de principios plenamente operables en esta situación extraordinaria:

Principio de legitimación: los usuarios deben ser su consentimiento para la instalación de la app y a cada función de la misma por separado;

Responsabilidad proactiva, privacy by default and by design: las aplicaciones deben cumplir con las normas de protección de datos desde su diseño y cumplir con el principio de minimización de datos en su configuración.

Finalidad: esto significa que los datos de salud y derivados recolectados sólo deben ser utilizados con el objeto de controlar la pandemia;

Minimización de datos: significa que deben solicitarse y recolectarse los datos estrictamente necesarios a la salud, los datos de geolocalizacion exceden a los necesarios para el raestro de contactos por coronavirus;

Plazo de conservación: los datos deberán conservarse por el tiempo necesario para cumplir con la finalidad de su recolección, o sea, mientras dure la emergencia sanitaria;

Autoridades de control: Las autoridades de control deben participar y ser consultadas tanto en el desarrollo de la aplicación y se les debe asignar la tarea de revisar el despliegue de la aplicación;

Seguridad de los datos. Los datos deben almacenarse en el dispositivo del usuario y encriptarse;

 Responsable de tratamiento y encargado de tratamiento: las aplicaciones deben ser aprobadas por la autoridad sanitaria competente como responsable del tratamiento de los datos personales; y las compañías de telecomunicaciones serán encargadas del tratamiento de dichos datos, por medio de un contrato de servicios (o encargo de tratamiento);

Tecnología amigable. Para cumplir con el principio de calidad de los datos, o sea, que los datos sean exactos y completos, las tecnologías como el Bluetooth – a diferencia del GPS- son las más óptimas para alcanzar una evaluación más precisa de los contactos de unas personas con otras. Esto es porque los móviles conservarán en su memoria la información de todos los aparatos con los que hayan entrado en contacto y, cuando una persona dé positivo por coronavirus, el médico le proporcionará un código QR para escanear con su móvil e inmediatamente la aplicación avisará a todos los que hayan estado en contacto con esa persona. Así el Bluetooth permite asignar a cada dispositivo un código que se renueva cada 15 minutos, de manera que los móviles irían cambiando de pseudónimo constantemente.


CONCLUSIÓN

La tecnología permite rastrear el Covid 19; sin embargo, es necesario que dicha tecnología vaya de la mano con los principios de protección de datos personales resguardando la anonimidad, excluyendo la geolocalización, el uso de datos biométricos (como en el caso del reconocimiento facial); y utilizando la tecnología más amigable a dichos fines y menos invasiva, con el objeto de que las autoridades sanitarias puedan tomar las mejores decisiones de política de salud pública.

Asimismo, deberemos lidiar con los posibles errores de los algoritmos y los riesgos de discriminación que conllevan, siendo necesario que también ese aspecto sea incluido en las políticas públicas.

 
 
 

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